Ayer decidí dejarme llevar hasta el Aquarium Finisterrae. Para mi es uno de los museos más encantadores y vibrantes de A Coruña, donde la ciencia se entrelaza con la poesía del océano. El Aquarium Finisterrae también conocido como la Casa de los Peces es un rincón que no solo exhibe el mar, sino que lo respira, lo honra y lo comparte con quienes se dejan asombrar.
Ayer se celebró el Día Internacional de los Museos y con tantas visitas gratuitas disponibles, elegir cuál volver a explorar fue todo un desafío. Cada museo tiene su propia magia, su silencio y su historia, pero esta vez, el mar me llamó con más fuerza que nunca.
Regresar allí, junto a la eterna Torre de Hércules fue como reencontrarme con una parte de mí que a veces olvido, esa que se maravilla sin prisa, la que escucha el sonido de las olas como si fuera música antigua, la que observa los peces y vuelve a creer en los cuentos.
El Aquarium Finisterrae
Y así comienza esta experiencia sensorial que va más allá del simple turismo. Es una oportunidad para reconectar con la vida marina, recordar la infancia y redescubrir esa parte de ti que se queda hipnotizada observando el vaivén del agua, como si el tiempo se detuviera…solo para ti.
¡Finalmente hemos llegado a A Coruña! El Aquarium Finisterrae se encuentra justo al lado de la impresionante Torre de Hércules. No olvides visitar después el faro romano en funcionamiento más antiguo del mundo. El entorno es simplemente espectacular el vasto océano, la brisa fresca del Atlántico y un sendero costero que te invita a pasear sin prisa.
Ubicación privilegiada: justo al lado de la Torre de Hércules, A Coruña.
Para llegar, seguimos el paseo marítimo que rodea la ciudad. Desde lejos, ya se puede ver la Torre de Hércules erguida y majestuosa sobre la colina. Y justo al pie de esta maravilla histórica, casi tocando las olas, se encuentra el Aquarium Finisterrae, como si fuera una extensión del océano mismo.
Lo que más me sorprende es su arquitectura: el edificio parece abrazar el mar. De hecho, una de sus salas está literalmente construida sobre las rocas del litoral.
Entramos al Aquarium Ideal para pasar una mañana o una tarde completa y aquí todos son bienvenidos porque es apto para todas las edades.
Un entorno inmersivo
Al llegar al final de la escalera, el visitante se encuentra en una sala envolvente y semioscura, con grandes ventanales que permiten observar el océano Atlántico desde dentro, gracias a uno de los tanques más impresionantes del acuario. Se escucha el murmullo del agua, y todo está diseñado para que uno se sienta parte del mar, como si realmente estuviese a bordo del Nautilus.
Sala Maremagnum
Apenas cruzo la puerta, siento que dejo atrás el mundo terrestre. Lo primero que encuentro es la sala Maremagnum, un espacio interactivo y moderno lleno de pantallas, juegos y actividades para aprender sobre el mar, las mareas y las especies que lo habitan. Aquí los niños se divierten a lo grande, pero yo también disfruto, porque todo está explicado de manera cercana y apasionada.
Sala del Nautilus
La escalera que desciende a la Sala del Nautilus en el Aquarium Finisterrae de A Coruña no es solo un acceso funcional, sino que se convierte en una experiencia sensorial que marca el comienzo de un viaje imaginario hacia las profundidades del océano.
Un descenso simbólico al mundo submarino
Desde el instante en que comienzas a bajar por esa escalera, el ambiente se transforma. La luz natural se suaviza, y una suave iluminación azulada comienza a envolver el espacio. Las paredes que acompañan el descenso están adornadas con motivos marinos, creando la sensación de estar entrando en el casco de un submarino o en una cueva submarina. Es como cruzar un umbral entre el mundo terrestre y el misterioso universo acuático.
Inspiración literaria: el Nautilus de Julio Verne
La sala lleva su nombre en honor al mítico submarino Nautilus del Capitán Nemo, protagonista de «Veinte mil leguas de viaje submarino», la famosa novela de Julio Verne. Así, la escalera se convierte en un pasadizo hacia la ficción, un lugar donde la ciencia, la imaginación y la naturaleza se entrelazan.
Bajando unas escaleras… ¡sorpresa! Entramos en la Sala Nautilus, una sala circular inspirada en el submarino del Capitán Nemo. Las paredes están revestidas de madera y bronce, y en el centro hay un enorme tanque cilíndrico donde nadan tiburones, rayas, corvinas y bancos de peces plateados. El agua azul nos envuelve, y la luz tenue crea una atmósfera que te hace sentir como si estuvieras dentro del mar. Puedes sentarte y quedarte allí todo el tiempo que desees observando. Es hipnótico.
Charcas y zona exterior: el océano sin filtros
Salgo al exterior por una pasarela y me encuentro con las charcas intermareales, piscinas naturales que y bajan con las mareas. Aquí hay erizos, estrellas de mar, lapas… Puedes tocarlos y observarlos
Vivirás una experiencia que despierta todos los sentidos. Te encontrarás con paneles informativos, vídeos fascinantes, maquetas de calamares gigantes, esqueletos de ballena y hasta un rincón dedicado a la mitología marina gallega. Aquí hay un montón de cosas que ni siquiera sabía que existían.
Además, todo está diseñado para que aprendas y disfrutes, ya sea que vengas solo, en familia, con niños o en pareja.
Fotos, recuerdos y mar
Antes de irme, no puedo resistirme a visitar la tienda del Aquarium. Hay libros, adorables peluches de focas, camisetas con ilustraciones del Capitán Nemo y un montón de objetos para llevarte un trocito del mar a casa. Un recuerdo para Tea y otro para Lúa.
También puedes relajarte en la cafetería mientras observas cómo las olas rompen contra los acantilados.
Un consejo de viajero date un paseo por la costa.
Tómate tu tiempo, sin prisa. No olvides explorar los alrededores la Torre de Hércules, el Parque escultórico, el paseo marítimo porque aquí sentirás como Galicia se funde en un abrazo emotivo con el Atlántico.
Y cuando creas haberlo visto todo, déjate llevar una vez más por el murmullo del viento y el rugido del mar, porque en este rincón sagrado, donde la piedra besa las olas, Galicia no se visita… se vive.
Fotos de Adhara Alonso Rodríguez
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