Galicia luce con lluvia estos días, el olor a hierba y a tierra húmeda lo envuelve todo.
Es momento de sacar la sequedad y cubrirla con este estado melancólico que confiere a «choiva galega».
Es tiempo de sacar los paraguas a paseo, estampados, de colores, lisos, esos que consiguen crear un paisaje típico de esta época del año.
Cubrámonos de chubasqueros. No saltemos charcos y chapoteemos. Volvamos a sentir la lluvia
¿Quién no ha sentido su piel acariciada por el baile de sus gotas? Cierto es que últimamente dejamos los bailes aparcados por los chapuzones, pero vale la pena perderse cuando escampa por la tierra de los mil ríos y disfrutar con sus saltos y fervenzas.
¿ Y por qué no? Un paseo por un bosque sólo para escuchar el sonido de una gota que cae y topa con esa maravillosa hoja que amortigua su viaje o cuando se funde en si misma.
Probemos pasear por una solitaria playa o subirnos a un mirador y ver como las nubes caprichosas se van acercando.
¿Qué sería de los verdes gallegos sin tan preciado bien? ¿?
Habrá los que estén aburridos de tanta lluvia o los que se enamoren enfermizamente de sus gotas.
Habrá Los que conocen sus Mil nombres y los que aprecian este oro trasparente y bailan a su són.
Da igual lo que opines sobre ella no la podrás controlar, así que,
déjate llevar y disfruta
porque al mal tiempo buena cara y mejor humor.
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