Regalitos de la NASA

Eses regalos confraternizadores o esos por quedar bien y unir lazos, lejos de gustar son mera apariencia.
A todos nos han hecho regalos especiales, claro que no tan especiales como una piedra lunar ¿ o Sí? pero que opinaríais si el valor de vuestro amor se midiera con diamantes y en vez de un diamantes lo que portasen vuestras orejas, cuello o dedo fuese un simple cristal. O si el mercedes que os acaban de regalar sólo fuese en el aspecto, sólo la carrocería y su motor por decir algo fuese el de un twingo ¿perdería el significado el regalo en cuestión?

Pues depende de la intención del que lo da. Sí es por falta de medios, que no de amor ¿para qué regalar un diamante, o un mercedes? no sería mejor el milagro de una flor  y si es por racano que decir de alguién que valora más el dinero que la cara de felicidad que pondrías, mal, mal..Y ahora viene la gran  pregunta

 lo tiraríais, os enfadaríais o harías la vista gorda y lo querríais como tal, un diamante camuflado o un mercedes retwiNGuADO.

Pues algo así ha sucedido con la piedra lunar entregada a los Países Bajos hace más o menos 45 años, todo menos lunar, había sido valorada en 400.000 eurazos, guardadita en un museo y tratada cual tesoro, resulto ser un pedazo de madera fosilizado. Ya sonaba el río en el 2009 cuando varios estudiantes de la universidad de Amsterdam visitaban el museo Rijksmuseum.

Comentaros que en la década de los 70 se regalaron cerca de 100 piedras como presentes de la NASA a diferentes naciones. ¿Tendría alguna la suerte de haber recibido alguna piedra lunar?.
En el museo seguirán disfrutando de ese obsequio como si de lunar se tratase y es que una vez más los sueños por poseer un cachito de luna nos han vuelto a poner los pies en la tierra para aprender que lo que debemos valorar es cada grano de arena bajo nuestros pies.

Y es que en los regalos lo que cuenta es la intención ¿o no?