Estos días nos hemos ido a dar un paseíto a Cuntis para conocer un pequeño río que guarda numerosos secretos y espectaculares rincones y así poder añadirlos a nuestra web.
Se trata del río da Patela y nuestro objetivo principal era la conocida como Fábrica da Luz, los restos de una central eléctrica hidráulica junto al río que dotó de luz a la localidad de los famosos baños de Cuntis.
Pero la realidad fue bien distinta, pues nos fuimos del río da Patela con un gran sabor de boca por todo lo que habíamos conocido. Sabíamos de la existencia de una cascada en las proximidades, pero no nos imaginábamos el fabuloso entorno que escondía y la belleza de esta. Además, para nuestra sorpresa, no era la única cascada del Río da Patela.
No hace falta ser un gran senderista ni estar en una forma física envidiable para realizar la pequeña ruta que os proponemos y que nosotros hicimos. Eso sí, en época de lluvias procura llevar un calzado adecuado y las ganas de conocer nuevos rincones.
Empezamos la ruta en un lugar histórico que ya conocíamos, el castro de Cuntis, Castrolandín. Si te gusta la historia y la época castrexa este lugar es de obligada visita.
Seguimos unos pasos por la carretera asfaltada y enseguida vimos una pista con un cartel que nos informaba del sendero a seguir. No podemos más que resignarnos al ver la cantidad de eucaliptos que envuelven y presionan al valle del Río da Patela y que poco a poco van ganando espacio llegando las plantaciones en algunos lugares hasta casi las orillas. Sin embargo, aún queda vida autóctona entre tanto cultivo, aunque se limita a las proximidades del Patela.
Avanzamos unos 500 metros y llegamos a orillas del Río Patela y nos dejamos llevar aguas arriba por la señalización hasta los restos de la fábrica de la luz. Cruzamos el río por un rústico puente de piedra y seguimos la pista de tierra hasta llegar a nuestro objetivo. Allí, entre la vegetación, se mantienen las ruinosas instalaciones de una antigua industria que producía electricidad gracias a las aguas del río. Veremos la maquinaria centenaria, testigo de una vida más agitada en otra época.
Para aprovechar y maximizar la fuerza del agua, las centrales hidroeléctricas se solían instalar en tramos en donde los ríos tenían que salvar grandes desniveles y por ello cerca de hermosos saltos de agua.
Aquí pasa lo mismo y a tan solo unos metros aguas arriba veremos el hermoso salto de agua conocido como Fervenza do Hérvedo, seguramente en alusión al árbol que nos da los sabrosos érbedos.
Después de disfrutar del salto de agua volvemos por nuestros pasos y descendemos la pista por la que venimos. Sin embargo, en lugar de volver a cruzar el puente de madera seguimos por la pista río abajo. Pronto veremos como el río se encaja en un estrecho rocoso y oiremos el rugir del agua.
Desde el puente solo habrá unos 200 metros, pero ojo, en nuestra visita no encontramos señal que nos dirigiera a la siguiente cascada, por lo que tuvimos que echar de imaginación. Existe un empinado sendero no muy complicado o una pista más abajo que os llevará aguas arriba hasta la cascada. Mucho ojo al camino que escogéis, nunca debería ser complicado, así que si observáis dificultades no bajéis por ahí. Seguir buscando un acceso.
Y como seguramente la encontraréis, disfrutaréis de otro rincón mágico formado por la Fervenza Campaiñas. Después nos tocó volver por el mismo camino, pero no importa, ya que las orillas del río nos volverán a deleitar de la naturaleza que lo envuelve.
La ruta original es más larga pero nosotros nos hemos prometido volver y localizar más recursos que pasen a agrandar nuestra página www.galiciamaxica.eu y es que Cuntis guarda muchos tesoros aún por descubrir.
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