Ni más ni menos, una cifra redonda para un videoclip de Enrique, «por su supuesto patrocineo» de Galicia. Y desde aquí nos preguntamos ¿por qué no al reves?, disfrutar de los mejores escenarios debería tener un precio. Cerramos monasterios, invitamos a papancias, palmaditas en la espalda y es que esté sudado o no, con mucha o poca ropa, no hay como ser hijo de papá.
Noche y día los que dedicamos nuestra vida a que nuestra tierriña traspase fronteras nos vemos poco valorados, ni una subvención, ni una ayuda, ni siquiera el reconocimiento que de vez en cuando se agradece, igual es que no bailamos lo suficiente… Por no hablar de la cantidad dedicada por la Xunta para apoyar todos los festivales de cine de Galicia (90.000 euros) que se lo pregunten al de Cans de porriño que siguen luchando año tras año, de noche y de día porque se celebre.
¿Será que no hacemos videoclips? ¿o no desafinamos demasiado cantando las cuarenta?.
Indignante, triste muy triste, insolito que se premie al que se vale de los mejores escenarios y al que lucha por su tierra se le ignore,
cosiñas de la Xunta, cafradas varias y subvenciones a dedo, un mundo que poco entiende el gallego pero padece en sus propias carnes.
Castros abandonados, petroglifos olvidados, arquitectura tradicional a cachos, esto no baila tampoco, ni desafina.
Misterio resuelto, claro que no hay ayudas ni subvenciones, se gastan en bailes de día y de noche.
Venga que siga la fiesta!!
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