12 octubre, 2024

Blog de Galicia Máxica

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Hasta hace unos pocos días en lo que llevaba de verano habían ardido 2200 hectáreas de bosque en Galicia. De repente y con la llegada de la Vuelta Ciclista esa cifra se ha multiplicado por tres. Tan sólo dos incendios, en Cualedro (Ourense) y en Oia (Pontevedra) han superado cada uno esa cifra. Parece que nadie sabe el porqué de tales incendios repentinos y continuos y parece que nadie encuentra una solución rápida que los ataje. Bien es verdad que las condiciones climatológicas son totalmente adversas ya que al calor y a la sequedad se le añade el gran viento reinante en la región estos días, lo que hace muy difícil las labores de extinción de los fuegos. Como se suele hacer frecuentemente, lo más fácil es echarle la culpa al más debil y con eso pretender dejarnos tranquilos.
En este caso la culpa es por ejemplo de los ganaderos y campesinos que queman rastrojos y pretenden crear pastos para su ganado. Esta es una de la excusas más frecuentes y que más escucharemos. Otros dicen que quizás sean algunos agricultores para alejar a los animales que están haciendo estragos en sus plantaciones. La mayoría de esta gente vive de su tierra y desde generaciones sabe lo que es estar en armonía con la naturaleza aunque a veces haya accidentes indeseados por todos. Siempre hay excepciones que cumplen la regla, por supuesto.

Otra de las posibles causas son los cazadores que inexplicablemente, como el caso de Oia, se habían adelantado de octubre al 17 de agosto la temporada de caza, en el mes turístico por excelencia. Eso si es compatible, turismo y caza.
En años anteriores se llegaron a prohibir hasta los petardos de las fiestas, con razón, pero alguien este año ha querido que los petardos vengan de las pistolas de los cazadores, un mundo muy rentable, dicen que es el segundo»deporte» (por llamarlo de alguna manera) con más licencias federativas de España.
Otro motivo del que se habla es la falta de limpieza de los montes y es que es prácticamente nula. El bosque precisa de un ciclo vital, por ello es importante que sus propios «desechos» sean»digeridos» otra vez por ellos mismos, que sean devueltos a la naturaleza. Pero eso no es la suciedad de los montes. Estos están llenos de «mierda» por todos los lados y por todas las esquinas. La culpa no es de las autoridades, sino de aquellos que van a la naturaleza y la llenan de basura, de escombros, de suciedad de todos los tipos… por falta de respeto y de concienciación. Pero la falta de limpieza de esta «mierda» es la que causa que el monte se llene de rastrojos indeseables que lo invaden todo y que no dan permiso a otras especies autóctonas para poder crecer. Los bordes de las carreteras no están limpios, los cortafuegos están abandonados … Estas son causas que ayudan y favorecen la propagación de incendios pero que tampoco tienen que ser la causa verdadera. Se habla de los rayos que también son otra causa. Estos días los cielos estuvieron cubiertos de nubes, pero desgraciadamente estaban formadas por el humo de los incendios. Estas no suelen generar tormentas eléctricas.
Hasta hace no muchas décadas, Galicia, era un paraíso verde lleno de vegetación. Se cuenta que hasta hace poco más de 120 años los osos podían llegar hasta la costa de Coruxo, en Vigo, a las puertas del Océano Atlántico. ¿Cómo es posible que hubiera llegado en ese estado tan natural hasta hace bien poco? No había cortafuegos, no había extintores, ni motobombas, ni hidroaviones, ni equipos antiincendios, pero sí había mucho bosque, mucho matorral, montes con el único mantenimiento de la naturaleza … Hasta hace esos 120 años, la única energía conocida para cocinar, para calentarse y para otras muchas cosas era el fuego. El fuego se hacía por todas partes, en casas, en prados, en montes, en castillos, en campamentos, en cualquier sitio … ¿Y qué cuidado tendrían estas gentes? Pues seguramente mucho más que el que tenemos nosotros. Sin embargo no hay grandes noticias en la historia de Galicia de grandes incendios que fueran imposibles de atajar y que quemaran miles de hectáreas, ya que de aquella la extinción hubiera sido muy complicada o imposible. Y los pirómanos, ¿habría en la antiguedad pirómanos o será una enfermedad mental creada por las comunicaciones de los años en los que vivimos? Seguramente esa gente valoraba la naturaleza como fuente de recursos, como fuente de vida.

Entonces, ¿cúal es el problema en este siglo? Buff… tienen que ser muchos, muchos que se nos escapan a nuestro entedimiento racional y de conciencia: Especulación y recalificación de terrenos, madera «fácil», nuevas zonas de plantación de especies de rápido crecimiento como el eucalipto (hace poco se hablaba de plantar en Galicia 60.000.000 de eucaliptos, sí sesenta millones), la falta de limpieza de los montes, la falta de concienciación … ¿O será que no actuamos igual ante los diferentes tipos de patrimonio?
Recreación de un incendio en el Pazo de Raxoi, actual sede de la presidencia de la Xunta de Galicia