El río Miño es el río más importante de Galicia y desde siempre ha sido un eje vertebrador y motor económico de las poblaciones de sus dos riberas, tanto para Galicia como para Portugal. Desde hace siglos sus vecinos han sabido sacar el máximo rendimiento de todo lo que puede aportar su caudal, tanto en energía como en alimentación. Además de los numerosos y grandes molinos de agua e industrias hidráulicas de todo su curso, la pesca fue realmente un motor económico y modo de subsistencia e incluso de vida para muchos. Además de salmones, truchas, una de las especies más codiciadas y de la que tenemos noticias ya por los romanos es la famosa lamprea, ese pez prehistórico cuyo sabor no dejará indiferente a nadie.
La lamprea
La lamprea (Petromyzon marinus) o ciclóstomo es un pez primitivo con un organismo muy sencillo, siendo una transición entre vertebrados y procordados, justificando ser estudiados como un antecedente de los peces. Su rasgo más peculiar y característico es su boca cuya abertura es en forma de embudo y además no tienen mandíbulas como los demás peces. Su esqueleto es cartilaginoso y su columna vertebral muy simple, además de que carecen de aletas pares. Todas estas diferencias y muchas más hacen que su gusto en el paladar sea totalmente diferente a cualquier otro tipo de pescado. Para saber más sobre esta especie os dejamos el siguiente enlace.
Temporada de pesca de la lamprea
Las lampreas crecen y se alimentan en el mar a gran profundidad hasta adquirir la madurez sexual. Cuando llega la época de reproducción ascienden los grandes ríos adhiriéndose a veces en embarcaciones y otros peces. Es en los ríos y en lugares de agua fresca, aireada, con buena corriente y con lecho de guijarros y arena en donde depositan los huevos.
La temporada de pesca varía según la zona y el arte de pesca. En el río Miño se puede pescar normalmente desde embarcaciones desde primeros de enero, arte que se emplea sobre todo hacia la desembocadura. En los concellos de O Condado y Paradanta, como Salvaterra de Miño, As Neves, Crecente o Arbo la pesca se realiza sobre todo desde las pesqueiras que veremos más abajo y su época suele ir desde mediados de febrero hasta mayo.
Pesqueiras
Las pesqueiras, que también reciben el nombre de pescos, son un tipo de construcciones tradicionales construidas en mampostería normalmente de granito que se ubican a orillas de los grandes ríos gallegos. El río Miño es el que mayor concentración de estas construcciones mantiene y sobre todo en el curso medio y bajo del río. Hay pesqueiras en Crecente, As Neves y Salvaterra de Miño, pero en donde más abundan y los restos se mantienen por docenas es en el concello de Arbo, el municipio con mayor tradición en el arte de la pesca de la lamprea. En este concello se sabe que en el año 1908 había contabilizadas más de 700 pesqueiras en un tramo de apenas 25 km. Hasta hace poco aún quedaban 400 pesqueiras y construcciones similares. Tampoco debemos olvidar la orilla portuguesa que también está llena de estas construcciones.
Pero no solo en el Río Miño existe el arte de la pesca de la lamprea sino que también en muchos otros grandes ríos gallegos todavía continua esta práctica, como el caso del río Ulla.
Sobre su antigüedad se dice que ya eran empleadas por los romanos y algunos incluso afirman que su construcción es anterior a la llegada de estos. Citadas están ampliamente en la edad media en donde muchas de estas pertenecían a los monasterios cercanos, como el de Melón o Albeos.
Estas construcciones se adentraban en el río en los lugares más aptos para la pesca de la lamprea. Aprovechaban salientes rocosos y lugares con buena corriente para la oxigenación del agua y por consiguiente buenas para la lamprea. Pueden llegar hasta los veinte metros de largo y hasta los seis metros de altura para evitar la grandes crecidas de la época de pesca de la lamprea. Las hay de dos tipos, unas con un solo cuerpo y otras formadas por varios con un pasillo entre cada una. Cada uno de estos cuerpos reciben el nombre de poios y están orientados para dominar las aguas y encauzarlas por estos huecos entre los poios y así obligar a la lamprea al paso por ellos. En cada cuerpo se sitúa el llamado lapadoiro y marco (uno abajo y otro arriba), que es donde se sujetaban las cuerdas del viturón (vitirón, biturón o masoura).
Los hay de diferentes formas y materiales, como ganchos, pequeñas columnas de piedras e incluso piedras redondeadas con un agujero en el medio, muy similar a los antiguos molinos de mano. Como decimos en este marco va enganchada la cuerda que llega al viturón, la red en forma de embudo que obliga a entrar a la lamprea y a no salir. Curioso es que la lamprea entra corriente arriba y no río abajo como podemos pensar al ver la situación de las pesqueiras. También tenemos en cada cuerpo un pequeño agujero que servía para acomodar la pieza una vez pescada.
A las lampreas se las suele pescar por la noche, ya que se dice que es cuando se dice que la lamprea «anda», ya que durante el día «planta» y no camina, a no ser que el río esté turbio y revuelto. Las lampreas al ascender el río para desovar intentan salvar los fuertes rápidos del centro del río y buscan hacia las orillas los huecos de las pesqueiras, en donde el agua fluye pero sin tanta fuerza. Una vez entran entre los poios cae en la red interior del viturón de donde difícilmente puede escapar.
El vitirón, viturón, voitirón, biturón o masoura
El viturón o masoura (butrón) es el aparejo en forma de cono empleado para la pesca de la lamprea y está formado una red interior (trabadoiro) y una exterior hecha con arcos de metal de mayor a menor tamaño. Se sitúan entre los poios, en el fondo, y su arco bocal se coloca río abajo y en el gancho va la cuerda o cadena que se agarra en el lapadoiro y el marco. Los arcos en la actualidad son de metal pero hace poco aún se empleaban ramas de laurel que mediante calor se les daba la forma.
Se coloca por la noche, a veces a altas horas, y no importa que llueva, hiele o que el río vaya con fuerza. Sin apenas luz y soportando una gran humedad, los lampreeiros deben colocar los viturones exponiéndose a un gran peligro de caídas y resbalones. Al día siguiente se vuelve y se retira el viturón para recoger las posibles capturas. Si el caudal es muy alto y tapa la pesqueira, cosa no muy extraña en temporada, deben meterse en el peligroso río para poder levantar el viturón y debido al riesgo que conlleva por la corriente y el arrastre de materiales como troncos a veces debe dejarse hasta que el caudal disminuye.
Al recoger el viturón puedes encontrarlo vacío, con una lamprea o incluso hay quien cuenta que con hasta cincuenta, el número máximo que entran por media en un aparejo de estos.
Propiedad de las pesqueiras
Como decíamos antiguamente las pesqueiras pertenecían a los monasterios aunque en la actualidad pertenecen a uno o varios propietarios. Solo uno debe tener el registro del pesco, la papeleta. Es el representante de la construcción y debe hacerse cargo de la contribución, administración e inspecciones. Esta propiedad se puede ser transmitida por donación, herencia e incluso compra. Como en los molinos de río, al ser transmitidas por herencia, esta llega a pertenecer a todos los descendientes por igual y no es raro que llegaran a ser incluso más de cien propietarios y por ello su utilización debe regularse por turnos. Todos las pesqueiras están registradas con un número negro sobre fondo blanco que debe ser visible desde Portugal. En este país el fondo será al revés, letras blancas con fondo negro.
Refugios y chozos de pecadores
Diseminados en ambas orillas del Miño por las rutas creadas durante años por los pescadores podremos ver pequeños refugios y almacenes tradicionales para guardar los aparejos de pesca y las piezas pescadas y que también fueron utilizados como escondite por la rutas de contrabando con Portugal. Los hay de mampostería, excavados en roca y aprovechando abrigos rocosos. En el río Tea se montan unas pequeñas chozas con los más diversos materiales que deben ser desmontados al finalizar la temporada.
Las estacadas del río Tea
No solo en el Miño se pesca lampreas sino que en sus grandes afluentes también se pueden capturar. Sin embargo en esta comarca y libre de grandes obstáculos en el cauce tan solo queda el río Tea, que desemboca en Fillaboa, Salvaterra de Miño. Aquí la pesca es totalmente diferente, no hay pesqueiras y por ello se deben utilizar pasarelas de madera construidas artesanalmente a principio de temporada que cruzan como máximo hasta el medio del río. Son las llamadas estacadas. El tramo de pesca abarca desde el puente de ferrocarril en Fillaboa hasta la playa de A Moscadeira, en Ponteareas. No hay redes, sino que se pesca con arpón (fisgas o francadas) por la noche ayudado de luces artificiales sobre las estacadas que atraen a las lampreas. Los puestos se adjudican anualmente mediante sorteo entre todos los solicitantes.
El período de pesca en estacadas en el año 2020 empezará el 3 de febrero y concluye el 10 de mayo. Deberá ser utilizadas en días alternos: los lunes, miércoles y viernes desde las estacadas impares y los martes, jueves y sábados desde las pares, desde las 21:00 hasta las 8:00, no pudiendo pescarse la noche del domingo.
Baleiros del Ulla
En el Ulla también tenemos pesqueiras centenarias ligadas a los antiguos monasterios y las más conocidas son las de Herbón. El tipo de pesca es muy similar a la del río Miño aunque en numerosas ocasiones deben alcanzar los poios en barcas, con el peligro que conlleva en caso de corrientes intensas, que en temporada es lo más común. Río abajo de Padrón y Pontecesures la lamprea la pescan los baleiros que con sus embarcaciones lanzan los vituróns al medio del río y suben su pesca. Esta zona de río suele ser más calma y por lo tanto menos peligrosa. Sin embargo la dificultad de su pesca es mayor pues la lamprea no se ve obligada a atravesar los huecos de las pesqueiras y tiene más posibilidades de escapar.
Tui, Tomiño y A Guarda
En la zona de Salvaterra de Miño ya quedan apenas una veintena de pesqueiras en el Miño entre las dos orillas y ya no veremos pesqueiras a partir de aquí. En Tui, Tomiño, O Rosal y A Guarda también existe una gran tradición de pesca de la lamprea que se realiza como en el Ulla desde pequeñas embarcaciones y por medio de butrones y redes llamadas lampreeiras.
En la década de los 70 del siglo pasado se construyó el embalse de Frieira, lo que provocó que a partir de aquí la lamprea ya no pudiera ascender más el río Miño. Por ello la relación de los concellos de Ourense y Lugo con la lamprea prácticamente ha desaparecido.
La lamprea en la gastronomía
El sabor de la lamprea no dejará indiferente a nadie y encontraremos gente incondicional que la ama y otros muchos que juran que no volverán a probarla. Sin embargo existen una multitud de formas de cocinar la lamprea y probablemente alguna habrá que te guste. La más famosa es la conocida como la «bordelesa» o «estilo Arbo» que se prepara con su propia sangre, cebolla, vino y otros ingredientes. Os dejamos este enlace para descubrir más forma de deleitarse con la lamprea.
Además de la lamprea fresca existe una excelente forma de conservarla y poder así disfrutar de la lamprea durante buena parte del año. Es la lamprea seca que mediante un proceso de ahumado adquiere una particular textura que la conserva que por lo general es rellenada con pimiento, huevo y otros.
Refranero
Como era de esperar el mundo tradicional de la lamprea también cuenta con sus propios refranes. Os dejamos algunos de ellos a continuación:
- Si hai enchentas en febreiro pon as redes o fumeiro
- No abril pra min, no maio pro amo e no San Xoán pro criado.
- A anguía, en empanada, e a lamprea, escabechada.
- Non comas lamprea, que non é sana e ten a boca fea.
Centro de Interpretación do Viño e A Lamprea
En Arbo podremos disfrutar Árabo, un centro de interpretación relacionado con el vino y sobre todo con el mundo de la lamprea.
Fiestas gastronómicas
Existen varias fiestas en honor a la preciada captura. Dos de las más importantes se celebran en Arbo, en abril la llamada Festa da Lamprea y en julio la Festa da Lamprea Seca.
Bibliografía
- A lamprea do río Miño (Alfonso Vázquez Martínez)
- Canje de Notas de fechas 1 de septiembre de 2004 y 6 de septiembre de 2005, constitutivo de Acuerdo entre el Reino de España y la República portuguesa por el que se establece el Reglamento de pesca en el Tramo Internacional del río Miño.
- http://www.miguelpesca.com/la%20lamprea.htm
- DOG Núm. 241Miércoles, 19 de diciembre de 2018Pág. 52843
- http://tramites.administracion.gob.es/
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