Una tarta en el camino

Hoy nos apetecía enseñarte los pasos que has de dar para encaminarte a hacer uno de los postres más típicos gallegos.
No es por su nombre, ni por su cruz que decora tan original postre, es más por su sabor que hace que este postre gallego, a parte de rico, sea uno de los más golosos del Camino.
LA TARTA DE SANTIAGO

El ingrediente estrella de esta receta es la almendra que hará las delicias en tu mesa.
«Y es que no hace falta irse a Santiago para degustar la tradicional Tarta de Santiago».
Comentaros que es un postre sencillísimo de hacer y su preparación nada complicada. Preparaos, ahí van los ingredientes…
250gr de azúcar y de almendra. La almendra ha de estar molida, sin tostar, es decir en crudo. La variedad de la misma la dejamos a tu gusto, lo que te aconsejamos es no escatimar en calidad, ya que este ingrediente es el gran protagonista.
Los huevos, caseros por supuesto, 5 grandes.
Un limón del que se rallará la mitad, esto nos dará ese toque que sorprenderá, comentarte que uno de los secretos de esta tarta es añadirle a la masa una cucharadita de canela que potenciará el sabor.
Para decorarla necesitarás azúcar glass y cómo no, la cruz de Santiago, que has de dibujarla en un papel.

¿Dónde Haremos el postre?

Pues si quieres hacerlo bien, deberás utilizar un molde redondo de unos 22 cm. Y a parte, el último ingrediente que será con el que untemos el molde, la mantequilla. Pónemos el horno a 175 grados arriba y abajo y ahora untamos el molde con mantequilla la masa irá rápido, así que mejor dejarlo ya preparado.

En un bol mezclamos a la antigua usanza, nada de batidoras, con el tenedor, la almendra, el azúcar, la ralladura del limón y la canela. Cuando ya la tienes lista, cogemos los huevos y sin batirlos los añadimos a la mezcla (no se han de batir sino mezclar). Ten en cuenta que la tarta de Santiago es fina y no alta y esponjosa, no es un bizcocho.

Ya está hecha la masa así que la volteamos en el molde, y como el horno lo teníamos ya a temperatura lo dejaremos 15 minutos. Cuando trascurra el tiempo y tome ese color dorado que caracteriza al postre, se saca.
La sacamos y dejamos que se enfríe antes de desmoldarla para que no se rompa. Ya está fría, así que, toca decorarla, para eso el azúcar glass y colocando la cruz de Santiago de papel justo en el medio, nos quedará una obra de arte que comeremos con los ojos y el sentimiento.
Espero os guste y la disfrutéis tanto como lo hacemos nosotros.
Hay muchas formas de hacer este postre, cada uno le da su toque, su sello personal y aquí os dejamos esta, es una receta relámpago de un postre inconfundible.

y Para los que teneis Thermomix