La noche trae de su mano las sombras y consigo que la imaginación se dispare y en Galicia las sombras te cuestan historias. La más conocida de las sombras, la más famosa, fotografiada y nombrada es la sombra de la Torre del reloj junto a la Puerta Santa en Santiago de Compostela y con ella se muestra al que la visita un mundo de leyendas.
Esta curiosa sombra que se ve proyectada por la luz de una farola que no sabemos muy bien si estudiada su posición o por cosas del azar, proyecta en las piedras dos historias que cada uno adapta como propias.
En Galicia los hay que prefieren ver en en ella la sombra de un peregrino, con sombrero y bordón que espera tras un camino intenso de sentimientos, otros se fían más de la historia de los amoríos entre un sacerdote y una monja, esos amores prohibidos que tuvieron su punto de encuentro aquí. Lo que tienen en común ambas es un final trágico.
LEYENDAS JACOBEAS
La primera de las historias mágicas que se posan en este lugar es la del peregrino francés Leonard du Revenant, hijo de un noble de París y es una historia muy relacionada con nuestro querido Camino de Santiago.
La historia del Peregrino Leonard du Revenant
Nos situamos en el siglo XV, muchos presos, o delincuentes conseguían la indulgencia plenaria e incluso el indulto total, con la única condición de peregrinar hasta Compostela y demostrar arrepentimiento y devoción a Santiago Apóstol.
Nuestro protagonista Leonard había matado a su padre para heredar su fortuna, tras ser juzgado, fue condenado a muerte pero el Duque de Borgoña más conocido como “Felipe el Bueno” intercede ante el tribunal (algunos afirman que era el verdadero padre de Leonard otros que le movía su herencia) y consigue que la pena de muerte se transforme en hacer el Camino de santiago y con ello nuestro Leonard recuperaría su honra y todos los bienes en el Condado de París (muchos). Desde tierras francesas comienza la peregrinación , pero al poco de cruzar los Pirineos se cruza en su camino una hermosa posadera y no puede resistirse a sus encantos. Así que loco de amor se enfrenta al novio de la joven y lo asesina de forma cobarde esperándole oculto en el bosque y atacándole a traición, en fin, el camino por obligación a algunos no le sienta nada bien. No para ahí, la historia rapta a la bella muchacha , la viola y la asesina.
Buscado por las autoridades, se disfraza de Monje Franciscano y logra llegar a Santiago con las ropas de peregrino. Ante el miedo a ser descubierto espera a las primeras sombras de la tarde para acceder a la ciudad, pero a esas horas las posadas están repletas. Piensa que lo mejor era acercarse a la Catedral, dormir pegado a sus muros y al amanecer poder acceder al interior de la Basílica y que las autoridades eclesiásticas certificaran el perdón de sus pecados, en fin la indulgencia plena y reclamar la herencia familiar.
A la entrada de la Puerta Real y bajo la Torre del Reloj, se durmió… Pero en medio de la noche y en sueños se le apareció el espíritu de su Padre, que le dice:
“ Leonard!!!! , hijo mío!!!! :
Con tu peregrinación a Santiago de Compostela quedas redimido de la pena por mi muerte puesto que yo te he perdonado, pero cumplirás condena por los dos jóvenes a los que has asesinado vilmente en tu viaje.!!!!!
Así pues, hasta que sus almas no peregrinen a Compostela y te muestren su perdón , no podrás abrazar al Santo Apostol”.
Leonard, se levantó asustado y desenvainó su espada para atacar al espíritu de su padre, pero éste fue mas rápido y clavó la suya en el pecho de su hijo.
Desde ese día el espíritu de Léonard du Revenant noche tras noche , desde hace 6 siglos monta guardia delante de la Puerta Real, aguardando paciente a que sus víctimas peregrinen a Compostela y le salven de su triste destino.
Probablemente con un camino tan sembrado de muertes jamás encontrará el perdón.
La Historia de Amor del Sacerdote y la monja de clausura
La siguiente es una triste Historia de Amor, que cuenta que un sacerdote, enamorado de una monja de clausura que vivía en el Convento de San Pelayo, todas las noches cruzaba un pasadizo secreto existente bajo la Plaza de la Quintana, que unía la Catedral con dicho Convento. Pasado un tiempo, el sacerdote cansado de la situación le habría propuesto a su amada que se escaparan juntos. Se citó con ella al anochecer en la plaza y allí se presentó con la vestimenta del peregrino medieval, indumentaria que le permitiría no llamar la atención. La esperó pacientemente pero ella no acudió. Aún así, noche tras noche, el enamorado (o su sombra) aún acude a su cita. Y la sigue esperando.
No se sabe si la monja se arrepintió de su vida con el sacerdote nada cristiana o fue descubierta, lo que está claro que la sombra sigue apareciendo noche tras noche para esperar a su amada.
Pues yo diría que más bien es el enterrador de la Quintana dos mortos y no un peregrino…
La sombra, del «enterrador» o del «peregrino» no es la proyectada por ninguna farola, sino por el protector, en piedra, del cable del pararrayos de la Torre del Reloj.
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