22 noviembre, 2024

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La historia del «árbol de la vida», el Ciprés

Defendemos a un árbol monumental sobre el que siempre acecha el peligro de una mala fama. Asociado en Galicia a lo funerario pero por razones bien distintas a las que piensas. Una de las muchas curiosidades de este árbol es que sus raíces no se expanden sino que bajan rectas al subsuelo por lo que no destrozan nada de lo que tienen a su alrededor. Así se plantaban pegados a los muros de los cementerios porque a parte de la cualidad de sus raíces son grandes cortavientos proporcionando a estos lugares de descanso esa sensación de sosiego. Probablemente ahora que leas la entrada se mostrará este bello árbol allá por dónde vayas de manera bien distinta. En Galicia algunos de ellos superan los 30 metros y por merecidos méritos pasan a formar parte de nuestros senlleiros.

EL CIPRÉS

Hoy la entrada va dedicada al CIPRÉS ese árbol sagrado para muchos pueblos.

Es un árbol Sagrado

Gracias a su longevidad y a su verdor persistentes se le llama «el árbol de la vida». Se creía según muchas leyendas que era la casa de los espíritus inmortales que vivían en ellos.

Es el camello de los árboles

Es uno de los árboles más resistentes del planeta, capaz de soportar la más larga de las sequías.

Es conocido también como el árbol egoísta

Conocido como el árbol egoísta ya que su sombra es recta y por lo tanto egoísta, la misma se mueve como si de un reloj de sol se tratara.

Incorruptible y preciado

Se decía que su madera era incorruptible y nada la podía pudrir y por ello fue utilizada desde tiempos inmemoriales (sigue leyendo y te sorprenderá). El Arca de Noe fue construida con cipreses según se nos cuenta en uno de los pasajes bíblicos. Era la madera utilizada por los vikingos en sus barcos por su gran durabilidad.

Simbolismo

Su altura le proporciona gracilidad, elegancia y señala conexiones con estadios de la existencia más elevados.

En muchos textos los príncipes o héroes se comparan con poderosos cipreses para destacar su fuerza, su belleza, su juventud y su fortaleza.

También es un símbolo de resistencia y perseverancia debido a su naturaleza perenne que hace que el árbol se mantenga en el mismo estado a pesar de los cambios de estación.

Macho o hembra

Durante mucho tiempo pervivió la creencia de que existían cipreses macho y hembra; sin embargo, esta definición no se corresponde con lo que hoy entendemos con estos términos, pues todo ciprés produce conos femeninos y masculinos. Os acerco esta descripción renacentista de los cipreses “el macho hace muy esparcidos los ramos: y la hembra por el contrario, juntos y muy apiñados”… esa diferencia entre formas nos indicaría si es macho o hembra el Ciprñés. Los cipreses hembra serían aquellos cuya silueta recuerda más a un falo masculino.

El más antiguo tiene 5000 años

Hablamos de este ciprés que está en la foto inferior, se ha convertido en uno de los lugares de peregrinaje más importantes para los seguidores de Zarathustra, ya que las leyendas lo consideran uno de los ejemplares plantados por él.

Apareció por primera vez en un documento escrito en 1339, mencionado por Ḥamd-Allāh Mostawfī, un geógrafo e historiador del periodo Ilkhaní, que lo incluyó en su libro de maravillas Nozhat-al-qolūb, “El placer de los corazones”.

Se localiza en el desierto de Abarqūh. Se Conoce como el Gran Sarv, el Gran Ciprés de Abarqūh . Se trata de un conjunto de troncos que brotan de una raíz común, ocupando unos diecinueve metros de diámetro. Posee treinta metros de altura.

En Galicia

La simbología romana contribuyó a que posteriormente, en la era cristiana, se plantaran cipreses en los cementerios y camposantos para darnos la bienvenida a la vida eterna. De esta manera el paso de los siglos y el correspondiente desconocimiento popular de la simbología original del árbol han contribuido a que en la actualidad se considere a los cipreses como simples árboles funerarios y, en ocasiones, portadores de tan mal augurio. Por el contrario son para Nosotros Árboles Monumentales.

LOS MÁS FAMOSOS EN GALICIA

En el Castillo de Soutomaior


Uno de los representantes de su especie más grandiosos de Galicia.

Cerca del Calle Paseo del Malecón, Ortigueira

Imagen de Han van Meegeren

Ciprés del Pazo de Quintáns

Imagen de robur73

Barrio da Misericordia, en Viveiro

Imagen de Han van Meegeren

En el jardín de la UNED en Monteporreiro

Junto a la iglesia de Moraime

En el pazo de Vilafranco en Sofán

Junto a el rio Anllóns y el puente en Ponteceso

Capela do Ciprés o del Salvador en Samos

El Ciprés es símbolo de hospitalidad, en Galicia lo seguimos asociando a asuntos funerarios. Ahí va mi defensa a este árbol y te olvidarás del «ese es de muertos» (qué también).

Gracias @Rouquirolas.

SÍMBOLO DE HOSPITALIDAD

Señales en el camino

Los cipreses eran los indicadores en la antigüedad, te ponían en alerta cuando estabas a la búsqueda de algo y los veías a lo lejos. No habían paneles informativos, ni señales… pero teníamos otras cosas que bien valían para situarnos, por ejemplo esas marcas en el camino con tanta historia como los miliarios, los mojones y por supuesto las naturales como el ciprés.

Dependiendo de su número así era su significado

Y en temas de ciprés su número, nos cuenta y cuenta que si es uno encontraremos agua. Un solo ciprés informaba al viajero de la posibilidad de habituarse de agua en ese punto. Dos cipreses plantados juntos significaban comida y tres nos mandaban un mensaje claro, nos acercábamos a un lugar de hospedaje.Tres o más cipreses significaban que estábamos ante lo que era un centro de reunión con dormitorio o un lupanar (prostíbulo) disponible.

Status

A las autoridades romanas se las distinguía con filas paralelas de cipreses en la entrada de sus casas para hacer saber que era una figura social reconocida.

Bienvenida

En las avenidas de las urbes romanas se plantaban cipreses para así dar la bienvenida a las gentes pero en especial a las tropas y generales victoriosos.

EN LA HITORIA

Según podemos leer en Historia de las plantas en el mundo antiguo, el ciprés debió llegar al sur de Europa gracias a los fenicios, pasando de Chipre a Creta y de allí a Grecia.

Griegos y romanos

Para los griegos y los romanos, este árbol está en relación con las divinidades del infierno. Muy ligado a Plutón, dios de los infiernos. Su equivalente en la mitología griega era Hades, aunque Plutón era mucho más bueniño. Árbol por lo tanto también consagrado por lo griegos a su divinidad infernal.

También nos lo encontramos como símbolo de fecundidad y así podemos encontrarlo también como símbolo fálico. El arco de Eros o el cetro de Júpiter estarían hechos de madera de ciprés, además está relacionado con Príapo ( era símbolo de la fecundidad y fertilidad masculina y, además, le utilizaban como amuleto contra el mal de ojo pero como más se le conoce es como el dios maldecido con un falo gigante). Debido a su relación con la naturaleza y la fecundidad, era habitual encontrar figuras de este dios con grandes falos y talladas en madera de ciprés, vigilantes en los campos y jardines.

Plinio

Plinio nos cuenta con sus obras que al ciprés se le conocía igualmente como “la dote de la hija”. Era un árbol muy rentable, muy usado en ebanistería y escultura. Esta denominación se debe también a una tradición romana de plantar cipreses en el nacimiento de una hija, con la intencionalidad de encontrar cónyuge (relacionado con el valor económico de esta madera).

Europa

El ciprés es en Europa un símbolo de duelo. Quizás se trata de todos modos de una mala interpretación, aunque sea de origen muy antiguo, del simbolismo primitivo de las coníferas que por su resina incorruptible y su follaje persistente, evocan la inmortalidad y la resurrección.

China antigua

En la China antigua el consumo de las semillas del ciprés procuraba longevidad, pues eran ricas en substancia yang. La resina del ciprés permitía, si uno se frotaba con ella los talones, andar sobre las aguas. Volvía el cuerpo ligero. En los orígenes ve en el ciprés un símbolo de las virtudes espirituales, pues «el ciprés desprende muy buen olor», el de la santidad.

Tanto en China como en Japón simbolizan la longevidad, la incorruptibilidad y la pureza.

Torii hecho con madera de hinoki (Ciprés) que da entrada a los jardines y templo de Meiji Jingu, Japón

Japón

En Japón es una de las maderas más usadas en los ritos del shinto es una variedad del ciprés, el hinoki: además de su utilización en la fabricación de diversos instrumentos, como el shaku (cetro) de los sacerdotes, hay que señalar sobre todo que el fuego ritual se enciende por frotamiento de dos trozos de hinoki. Esta madera sirvió para la construcción de los templos, como el de Isé.

Irán

El ciprés, uno de los árboles con mayor relevancia dentro de la cultura de Irán. Una de las primeras referencias al ciprés la encontramos en el Bundahishn, un texto enciclopédico dentro de las escrituras sagradas del zoroastrismo, la “Creación Primordial”, escrito y reeditado entre los siglos VI y IX. En esta fuente se menciona al ciprés en la lista de los árboles perennes, mencionando que, aunque no produzca frutos, es beneficioso para el ser humano por su madera.
La tradición zoroástrica contaba que Zarathustra, el principal profeta de esta religión, había traído a la tierra una rama de un ciprés del Paraíso para plantarla. Esta rama se plantó junto al primer templo en la ciudad de Kāshmar. En la literatura persa el ciprés está asociado con la realeza por considerarse un árbol que pertenece al ámbito palaciego.


Apolo y Cipariso. Grabado de Bauer para una edición de la Metamorfosis de Ovidio, 1703

MITOS

Sus orígenes mitológicos.

Cipariso y Apolo

El mito del joven Cipariso

Cuenta el mito que Cipariso siempre iba acompañado de un hermoso ciervo blanco. Apolo regaló al joven una jabalina que, en un desagradable accidente, acabó hiriendo de muerte a su fiel compañero. El dolor de Cipariso era profundo y desconsolado así que pidió al dios que lo convirtiera en ciprés para aplacar su sufrimiento.

Ovidio en sus Metamorfosis recoge esta transformación:
«Sigue él gimiendo y pide a los dioses, como última gracia, guardar luto por todos los tiempos. Y cuando ya toda la sangre se le había derramado en sus interminables llantos, sus miembros empezaron a cambiarse en un color verde, y los cabellos que poco antes le colgaban de la nívea frente Chipre, y, según otros de a convertirse en una erizada maraña, y después de adquirida una complexión rígida, a contemplar con una delgada copa el estrellado cielo. Profirió el dios un quejido y dijo apesadumbrado: Yo te guardaré luto a ti, y tú lo guardarás a otros y acompañarás a los que están en duelo”

El mito del joven Cipariso justifica de manera muy directa el uso de este árbol en el ámbito funerario. Si en la Grecia clásica ya se empleaban las ramas del ciprés en los funerales, Roma será el culmen de estas tradiciones. Se asocia a dioses como Silvano, Plutón o Proserpina.

Las hijas de Etéocles

Las hijas de este rey de Orcómeno se encontraban en una fiesta en honor a las diosas Démeter y Perséfone. Arrastradas por las divinidades, de torbellino en torbellino, acabaron en el fondo de un estanque. Gea, al ver esta escena, se apiadó de las muchachas y las convirtió en cipreses.

Varrón

En la vida cotidiana tenemos menciones al uso del ciprés en los textos de Varrón, quien nos cuenta que era habitual la quema de ramas de ciprés alrededor de las tumbas, quizás atendiendo a la exhalación de su perfume y con éste camuflar los olores.

Plinio en su Historia Natural

Otras manifestaciones eran rodear con árboles los pequeños altares funerarios o colocar ramas de ciprés a la entrada de las casas para indicar el luto, como bien nos indica Plinio en su Historia Natural «Está consagrado a Dite y por esa razón se coloca delante de las casas en señal de duelo». Esta última práctica se podía interpretar como un freno ante la contaminación que conlleva la muerte y evitar que ésta penetre en el hogar.


Dido en la pira funeraria. Grabado de Ferdinand Keller

La Eneida de Virgilio

Un buen ejemplo para leer sobre estas prácticas es la Eneida de Virgilio, donde nos describe tres funerales el de Polidoro, el de Miseno y el de Dido, en los cuales se usa el ciprés como elemento en los rituales funerarios. Tanto en el funeral de Polidoro como en el de Dido se colocan partes del ciprés como ornamento en los lechos (Aen. 3, 62-68). En el de Miseno (Aen. 6, 216), los cipreses se usan para rodear la pira funeraria para combatir los malos olores desprendidos del cadáver.

Cuento infantil

Angelo de Gubernatis nos cuenta un relato infantil en el cual el diablo llega a medianoche para robar tres cipreses confiados a tres hermanos. El filólogo relaciona este árbol con el inframundo y el dios Plutón.

«Las heladas del invierno, dice Chuang-tse (c. 28), no hacen sino resaltar con mayor esplendor la fuerza de resistencia del ciprés, al que no consiguen despojar de sus hojas.»

El “Libro de los Reyes” escrito en 1010 por Abū ’l-Qāsim Ferdowsī

Una de las historias más famosas en la que encontramos cipreses está dentro del Shāh-nāma, el “Libro de los Reyes” escrito en 1010 por Abū ’l-Qāsim Ferdowsī. Se trata de un poema épico que cuenta la historia legendaria de Persia desde la creación del mundo hasta la llegada de los árabes en el siglo VII. En uno de los capítulos se detallan las pruebas que uno de los personajes, el príncipe albino Zāl, tiene que superar para demostrar que está preparado para gobernar. En uno de los acertijos planteados al príncipe por los astrólogos aparecen doce cipreses, hermosos y jóvenes, con treinta ramas cada uno. Como muy bien interpreta Zāl en la historia, estos doce árboles representan los doce meses del año, y cada una de sus ramas corresponde a un día. También simbolizan las doce veces que la luna completa su ciclo y renueva su estado.
En el mismo episodio otro astrólogo le describe a Zāl dos cipreses que brotan directamente del océano, y un pájaro tiene un nido en cada uno de ellos. El ave pasa la noche en uno de ellos que siempre está marchito y seco, pero cuando pasa el día en el otro, el árbol está lleno de vida y desprende aroma de almizcle, un perfume muy preciado en la edad media oriental. Zāl adivina, también correctamente, que estos dos cipreses representan las dos mitades del cielo; una de ellas brilla durante el día, pero la otra está sumida en penumbra. El pájaro representa al astro solar que ilumina el mundo.

Relieve de Persépolis donde se muestra a un Inmortal custodiando un ciprés

USOS

Noé, Salomón y los vikingos

Históricamente su madera se ha utilizado para la construcción de embarcaciones puesto que tiene una durabilidad extraordinaria, hasta el punto de que se piensa que incluso el bíblico Noé la utilizó para construir su afamada Arca de salvación.
También fue utilizada su madera para construir las embarcaciones de la mayor parte de la flota turca e incluso el templo del rey Salomón.
Constatado está que los Vikingos solían construir tanto los mástiles como las quillas de sus barcos con madera de ciprés.

El mejor insecticida

Además de ser por todos conocidos la eficacia de los cipreses como árbol cortavientos y como seto ecológico, los cipreses son árboles frondosos y compactos que permiten que muchas aves hagan vida en él, en especial las “paseriformes insectívoras”. Éstas aves contribuyen a mantener a raya la población de insectos; con lo que a mayor número de cipreses menor cantidad de insectos encontraremos en el entorno.

Gran insecticida son también sus hojas “machadas y puestas entre cualquier simiente, la defienden de todo gusano y hacen huir los mosquitos e insectos de dónde esté”.

Medicina natural

El ciprés ha sido utilizado para detener todo tipo de flujos (diarreas, incontinencia urinaria…). Gracias a su alto contenido en taninos, también como vaso-constrictor en el tratamiento de varices, hemorroides y padecimientos análogos. El aceite esencial destilado a partir de ramas de C. sempervirens se emplea aún hoy para mejorar la circulación (hemorroides, varices, piernas cansadas…). Aplicado en solución para hacer gárgaras sirve para detener el sangrado de las encías y reafirma la fortaleza de los dientes, y administrado en vapores combate la tos.

Remedio casero

Si uno desea beneficiarse de sus propiedades, una forma fácil es preparándose un oleato de ciprés casero: llenar un tarro con ramas de Cupressus sempervirens (mejor secas, para no tener contaminaciones bacterianas imprevistas), rellenarlo con aceite de oliva, taparlo bien y dejarlo reposar en un cajón durante un mes. Y ya estará listo para friegas en pro de la buena circulación.

Dioscórides

Dioscórides (S.I D.c), médico de origen griego, describía a nuestro ciprés como astringente; “sus hojas bebidas tras mezclarlas con vino dulce y un poco de mirra son beneficiosas contra la fluxión de la vejiga y las dificultades orinarias”, mientras que sus frutos majados y bebidos con vino irían bien contra problemas como la “expectoración de sangre, la disentería, la fluxión de vientre, la ortopnea (dificultad para respirar al estar acostado)» y las toses, entre otras cosas.

Droguería

Tinte

Como tinte capilar: se decía que las hojas de ciprés majadas en vinagre teñían los cabellos de negro.

Perfume y aceite

Su resina se ha empleado como ingrediente en perfumería y tanto su madera como sus hojas y gálbulos (frutos carnosos) han sido quemados como incienso, tenemos ya constancia de su uso en Grecia o Roma. En China el ciprés llorón ha sido una de las especies más empleadas por los sahumerios divinos ¿Qué es un Sahumerio? Es una persona dotada de poderes que ayuda a limpiar de malas vibraciones y propicia un ambiente armonioso y tranquilo.

UN ÁRBOL SIN LUGAR A DUDAS IMPORTANTE

La noche estrellada, Vincent Van Gogh, 1889.

Dale la importancia que tiene!