En numerosas ocasiones nos hemos dejado llevar por el destino, la suerte o el azar y sin saber cómo, hemos ido a parar a lugares antes imaginados o soñados.
Hemos escalado montañas sólo para respirar ese aire limpio que de ellas se desprende, hemos cruzado puentes y tasado su firmeza con las manos, hemos seguido tus caminos, esos que nos llevan directos a tu corazón.
Nos hemos dejado acariciar por tu mar y sentido el más profundo beso de tu río.
Jugamos a ser dueños de tu alma y entonces se nos escapó tu esencia.
Quisimos llamar tu naturaleza y nos respondió tu historia, tus tradiciones y tus leyendas.
No buscábamos más que enseñarte, compartir lo que te amamos y nos distes una gran lección de humildad. Nadie mejor que tú sabe enamorar, nadie mejor que tú para acompañarnos en el viaje. Tú eres el inicio y la que guía nuestros pasos.
Todo comenzó con unas pinceladas dibujadas en una sonrisa, la sonrisa del que encuentra un valioso tesoro. Un tesoro oculto para muchos, un tesoro que deseas compartir siempre con orgullo y es entonces cuando aparecen las ansias voraces de tenerte más y más, de explorar tus rincones, de saberlo todo sobre ti y casi sin quererlo nos regalas, tú amor incondicional, tu gran espíritu.
Eres ese gran árbol que nos resguarda los días de lluvia y nos da sombra cuando el sol más calienta.
Eres camino, principio y fin, eres Galicia, mi destino.
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