Que en Galicia está el mayor cementerio de barcos hundidos del mundo no lo decimos solo los gallegos, sino que lo afirma el National Geographic y todos los que estudian lo que esconden nuestras aguas. Así lo anunciaba en su artículo La costa gallega, la mayor concentración de barcos hundidos del mundo.
La verdad no nos sorprende, ya que son muchas las historias en mi tierra que aún resuenan con el hundimiento de cada uno de los barcos.
Las cifras asustan. En las últimas décadas se contabilizan más de 1.600 barcos hundidos en aguas gallegas, aunque los especialistas cuentan que podrían ser 8.000, y es que nombres como costa da Morte tienen en los datos la confirmación de tan siniestro nombre, una fama que a nuestra costa le viene de muy atrás en el tiempo.
El último pecio encontrado en el litoral gallego se lo debemos a Tono García de la Escuela de Buceo Malpica que descubrió a 24 metros de profundidad los restos del vapor británico SS Solway que en 1843 zarpó del puerto de A Coruña rumbo a América.
Sembradas tenemos en Galicia cruces de homenaje por toda la costa que rinden un tributo póstumo a los que perdieron su vida en el azul. Hubo desafortunados incidentes en los que los héroes gallegos no temieron por sus vidas y se echaron al mar a socorrer los naufragios salvando muchas vidas, un ejemplo de ello las famosas heroínas de Sálvora.
Aún retumba el canto de sirenas en nuestra costa abrupta, los ecos de los que desde diferentes partes del mundo vienen a visitar al cementerio marino, porque si algo tiene Galicia es un mar que no siempre acoge al que viene.
No es cosa de meigas, ni de maruxainas, porque que haya tantos naufragios es culpa de la configuración de nuestro litoral, de los vientos que lo azotan y de esas corrientes marinas que contribuyeron a ello.
Ni los faros que avisan fueron capaces de librar a muchos barcos del hundimiento y a la tripulación de la muerte. Pero no solo hay barcos debajo del mar porque también se han descubierto bajo nuestras aguas 25 submarinos y 50 cazabombarderos.
El mar gallego se nos muestra ahora como el mayor cementerio de barcos del mundo y muchos ya ven en ello algo a explotar porque la crisis agudiza el ingenio.
Nada más bonito que nadar en aguas gallegas y contemplar ese arte en las profundidades, en muchos lugares del mundo han hecho de ello un filón.
Muchas historias que contar debajo del mar
Parece de verdad. Yo fui marinero y siempre fue un Momento muy especial, cuando pasamos la altura de Gabo Finesterra entrando al mar cantabrico con sus olas gigantes y vientos fuertes.