Imaginaos un árbol que no tuviera que ser talado para su aprovechamiento, que resistiera los incendios y que aún por encima lo dejamos crecer durante los primeros veinticinco años. Pues ese árbol existe y no es otro que el alcornoque, al que en Galicia llamamos sobreira y nos surte de ese material que todos conocemos, el corcho, o en Galicia conocido como cortiza.
La sobreira o alcornoque
La sobreira o alcornoque es un árbol de la misma especie que el carballo, aunque una de sus diferencias es su hoja, pues la del alcornoque es perenne. Recibe el nombre científico de Quercus suber L y la creencia más extendida es que es un árbol mediterráneo. Bien es verdad, que la sobreira se adapta muy bien a climas de este tipo pero sin embargo seguro que habrás visto una gran cantidad de sobreiras en nuestros bosques, sobre todo en la mitad sur, formando a veces buenos bosques de alcornoques.
Este árbol se ha adaptado a climas cálidos y para ello ha sabido crear una corteza elástica y de gran resistencia, el corcho. Esta capa de corcho los protege en gran medida de los incendios. No tienes más que dar una paseo por el sendero de los pescadores de As Neves y verás hectáreas de montes quemados con esqueletos de eucaliptos y pinos y sin embargo podrás encontrar sobreiras con la corteza quemada pero con vida, impresionante. Los bosques de alcornoques actúan como barreras naturales ante incendios debido a las cualidades ignífugas del corcho.
La extracción artesanal del corcho
Como decíamos el árbol del alcornoque nos proporciona el corcho, ese elemento natural que cuenta con una gran cantidad de propiedades y usos. Para la extracción del corcho deben pasar 25 años desde que es plantado y después esperar nueve años para que vuelva a crecer la corteza en buenas condiciones de ser extraída. Es por ello que los alcornoques empleados para uso industrial pueden vivir hasta 200 años y además forman vastos bosques en otros lugares de la Península que permiten la conservación del ecosistema y son refugio para gran cantidad de especies, algunas en peligro de extinción, como el lince, el águila o la cigüeña negra. Son las dehesas mediterráneas.
Otra de las particularidades de la extracción del corcho es que debe hacerse de una forma tradicional para así no dañar el árbol y continuar con el crecimiento de la especie. En Galicia cada vez son menos las personas preparadas para este arte y por desgracia tienen que venir profesionales desde lugares del exterior.
Es una pena que los nuevos cultivos de rápido crecimiento hayan apartado las sobreiras de Galicia y en la actualidad, aunque resisten numerosos ejemplares, su presencia es cada vez más limitada. Pero hubo épocas en las que la sobreira tenía más espacio en Galicia.
El alcornoque en Galicia
El nombre científico de suber derivó a sober, soberale, suberan, y más tarde vulgarmente pasó a soberoso y sobrosu, acabando en sobreira. Ahora pensad en los topónimos de Galicia derivados de este término. (Sober, Sobroso, Sobreira…)
Nos cuenta Martín Sarmiento en 1762 que en la villa de Noia existía una economía de ladrillos, pero sorprendentemente hechos de corcho. Cuenta que algunas fachadas de las casas contaban con cubrición de corcho, material de gran resistencia a la humedad y que cuenta con grandes propiedades térmicas y aislantes. Mismo nos cuenta que a la misma Noia se le llegó a llamar Sobreira.
En Galicia en la actualidad contamos con varios bosques que conservan muchos ejemplares de alcornoques, como O Sobreiral do Arnego y valle del Deza, zonas de O Ribeiro, el río Ulla, la Ribeira Sacra y el curso bajo del río Miño.
Usos del corcho
La utilidad del corcho es infinita y sus propiedades de este material son asombrosas. En Galicia y en muchos otros lugares mediterráneos fue empleado para la fabricación de tapones para las botellas de vino, debido entre otras cosas a sus propiedades naturales que impiden la proliferación de hongos y conservan el vacío perfectamente.
Los productores de miel también vieron en el corcho un buen material para la construcción de cortizos para albergar sus enjambres de abejas y la consiguiente producción de miel o cera.
Además el corcho es utilizado como aislante para suelos y paredes y se puede comprar en rollos de corcho, láminas o tarimas flotantes mezclado con aglutinantes. Como decíamos el corcho aísla térmicamente y acústicamente, pero también previene la humedad de las estancias.
Productores de corcho
En la actualidad el mayor productor de corcho del mundo es Portugal, nuestro país vecino, el cual produce más de 60% de la producción mundial. España ocupa el segundo lugar, seguido de países del norte de África. En Galicia aún queda alguna empresa que trabaja con el corcho, como en Trasalba, Amoeiro.
Como decíamos, una pena no contar en la actualidad con bosques de alcornoques que pudieran aportarnos una economía más sostenible con el medio ambiente.
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