Sí, las han eliminado a fuego, no las falsificaciones, aquí no hablamos de las marcas, no estamos hablando de la pataleta de los que se han sentido ofendidos con las imitaciones Hugo Boss, Bikkembergs o Adidas… estamos hablando de quemar una gran ayuda, de tirar piedras al altruismo de una gran donación que lejos de ser un regalo era una necesidad requerida por las ONG.
Al que tiene carencias poco importa sí es una mala copia de dulce y jabana o el del caballito tamaño extra grande.
Al que lo necesita sólo le importa que cubra sus carencias y que de abrigo a su cuerpo.
Hoy 90.000 prendas han sido incineradas por pretender ser grandes no siéndolo. Hoy han pasado a mejor vida las donaciones.
Esperamos que las 20.000 prendas que aún quedan, «sean mejor utilizadas», probemos a destruir sus logos con un imborrable y darle un nuevo uso a nuestra ya agonizante humanidad.
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