5 noviembre, 2024

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El faro eléctrico más antiguo: Cabo Vilán

En pleno corazón de la Costa da Morte se encuentra uno de los faros más espectaculares de toda la comunidad: el faro de Cabo Vilán, en Camariñas.
Es habitual que cuando se habla de faros gallegos se piense únicamente en la Torre de Hércules, que datada en el siglo I es el faro romano más antiguo del mundo todavía en activo. También es habitual, partiendo de esta idea, que la gente piense que los faros son un invento de los romanos y si bien es cierto que a este pueblo le debemos un sinfín de cosas que están presentes en nuestro día a día, como el jabón, el cemento, el suelo radiante, los retretes o incluso los casino, que ya existían desde la antigua Roma, también lo es que los faros no fueron un invento suyo, sino de los griegos.
A pesar de que en la actualidad muchos de estos antiguos faros ya no están en funcionamiento, o al menos no al 100% como antaño debido a los sistemas de automatización, sus estructuras siguen en pie imponentes frente al océano y debido a su belleza arquitectónica y a lo increíble de su enclave natural se han convertido en los últimos años en un auténtico atractivo turístico.
El faro de Cabo Vilán se posiciona como uno de los más impactantes a nivel visual ya que es muy diferente a otros faros de menor tamaño como el de Cabo Home o el de Estaca de Bares. Su torre tiene una altura de 25 metros está unido al antiguo edificio de los fareros. De hecho, desde lejos se puede observar esta construcción de planta cuadrada, en la que actualmente se encuentra una sala de exposiciones además de las dependencias en las que vive su farera, Cristina Fernández, unida a un túnel de hormigón que esconde cientos de escaleras (¡nada más ni nada menos que 250!) que la conectan con la torre del faro.

Su puesta en funcionamiento se remonta al año 1896 y fue motivada por un naufragio inglés, seis años antes. El acorazado HMS Serpent se hundió en la costa gallega en 1890 dejando tras de sí 172 tripulantes de los 175 que iban a bordo. La repercusión de este accidente fue tal que España se vio obligada a sustituir el faro primitivo que existía en la zona desde 1854 y que tan solo alumbraba a 7 metros del suelo y a 64 del mar. Un año después del terrible naufragio, se aprobó un presupuesto de 158.500 pesetas para la construcción de un faro de primera orden, obras que comenzarían de forma inmediata y terminaron 5 años después. El 15 de enero de 1896 el nuevo faro alumbró las aguas embravecidas de esta zona de noroeste de España con dos destellos blancos, cada 15 segundos. Lo hizo además valiéndose de la tecnología eléctrica, lo que lo convirtió en el primer faro electrificado de nuestro país.
Desde entonces, en el faro se han llevado a cabo diferentes mejoras a nivel de maquinaria, para sustituir aquellos equipos que se iban quedando obsoletos por la llegada de las nuevas tecnologías. En la década de los 60, concretamente en el año 62, se llevaron a cabo las reformas que continúan vigentes en la actualidad. En aquel momento se instaló una linterna aeromarítima de 35 decímetros de diámetro con una óptica a base de paneles de rayo aéreo que cuentan con una distancia focal de 500 milímetros.

Si la estructura del faro es espectacular, el enclave natural en el que está situado no se queda atrás. De hecho, esta zona fue declarada en 1933 como lugar de Interés Nacional por la espectacularidad de su orografía rocosa y escarpada. En la actualidad también está considerado como Monumento natural.
Todos estos elementos hacen del de Cabo Vilán un faro de imprescindible visita, tanto por su historia, como por su belleza y la de su localización.

LOCALIZACIÓN – MAPA: https://www.google.es/maps/place/Faro+de+Cabo+Vil%C3%A1n+Cabo+Villano/@43.1604295,-9.213208,17z/data=!3m1!4b1!4m5!3m4!1s0xd2eb5494ea7bc55:0x8d85450f5096a62b!8m2!3d43.1604295!4d-9.2110193