Última actualización el 6 abril, 2020
En esta ocasión toca dar un repaso a todos esos lugares que hemos conocido en nuestra reciente visita a la Comarca de Valdeorras. Con esta entrada queremos haceros llegar varios de los lugares de interés que merecen la pena ver si lo que te gusta es la historia y la naturaleza.
Es increíble y a la vez maravilloso recorrer Galicia y darse cuenta de las diferencias geográficas y arquitectónicas que existen en cada comarca, nunca olvidando esa homogeneidad que tiene Galicia entera. Estar en tierras de Valdeorras, para nosotros que somos de la Rías Baixas, nos hace sentir en un lugar totalmente diferente, pero no ajeno a la esencia de Galicia. El clima, la vegetación, la piedra, los ríos, todo se viste de diferente color a lo que más estamos acostumbrados a ver. No sé si será esto pero la comarca de Valdeorras nos ha fascinado.
Ya sabéis que nos gusta visitar lugares diferentes, lugares que no estamos acostumbrados a ver cotidianamente en las guías ni en folletos turísticos. Aún así, tampoco podemos resistirnos a ver otros lugares que por méritos propios se han ganado un puesto en esas informaciones y publicaciones de turismo de Galicia.
Nos ha faltado tiempo, meses o quizás años para recorrer esta comarca de Valdeorras, pero siempre hay una segunda vez y por eso volveremos sin duda. Ya conocíamos las virtudes de los grandes vinos de Valdeorras, de los deliciosos godellos que cobran fuerza y sabor por esta tierra y climas tan característicos que le dan un toque único al fruto de las cepas que desde hace siglos fueron plantadas en la comarca y con tanto esmero se siguen cultivando y mimando.
A continuación os vamos mostrar todo nuestro recorrido que hemos hecho en este corto espacio de tiempo y los lugares que hemos incluido en www.galiciamaxica.eu.
Nuestro primer objetivo era el oriente de Galicia, empezar por la zona más al este rozando ya con la provincia de León, allá por donde el río Sil hace de frontera natural con esta. Y para ello nos fuimos a Rubiá, a la Serra da Enciña da Lastra, hoy parque natural, para conocer dos de las aldeas más orientales de Valdeorras. El color rojizo anaranjado de las rocas de la tierra, el verde de los árboles, la brisa, incluso el azul del cielo, todo cambiaba respecto a las comarcas de la costa.
La intención era conocer los restos de una iglesia de origen románico en estado de abandono. Para ello pasamos por Vilardesilva y sus maravillosas vistas de la sierra y del valle del Sil para acabar en Pardollán, otra singular aldea en donde parece que el tiempo se ha detenido, no sin antes detenernos en los miradores que íbamos encontrando.
Mirador Vilardesilva
Más información Mirador de Vilardesilva.
Mirador de A Cruz
Más información Mirador de A Cruz.
Nos detuvimos en la pequeña plaza del pueblo que se encuentra rodeada de un conjunto singular con una arquitectura muy de la comarca y pudimos respirar la paz y la tranquilidad de lugar. A unos metros estaba el acceso a la iglesia de Pardollán y al empezar a subir pronto nos dimos cuenta del porqué del abandono por parte de los vecinos que construyeron una iglesia nueva muy cerca de la plaza.
Para llegar hasta la iglesia románica tuvimos que caminar unos 10 minutos, quizás un poquito más, pero por una fuerte subida y por un estrecho, tortuoso e inclinado camino que no debía ser nada fácil ascender en cualquier época del año debido al frío, al calor o a la lluvia, y más teniendo en cuenta que junto a la iglesia se encontraba el antiguo cementerio. Imaginaos el ascenso por este camino el día de los entierros y funerales, no habría quién lo resistiera.
Una vez llegamos entristecidos vimos como la iglesia yacía medio derruida en medio de un paraje alucinante en medio de la sierra. Sus restos románicos aún son visibles y las heridas del tiempo hacen que poco a poco se desmorone. Menos mal que los pocos vecinos de las aldeas luchan porque su legado no desaparezca y por lo menos el interior y los alrededores estaban limpios. En el atrio estaban las cruces de los que otrora daban vida a estas comarcas y que nos recuerdan que el pasado rural en Galicia fue mejor.
Más información iglesia de Pardollán.
Sin nada más que hacer más que resignarnos por el estado y difundir esta pequeña joya para todos aquellos que demuestren respeto y admiración por el arte volvimos para descender de nuevo hasta Pardollán.
Para no volver por el mismo sitio bajamos por el valle del Sil, en dirección a Quereño. Entusiasmados por las vistas llegamos prácticamente al río no sin antes detenernos en una construcción junto a la carretera que parecía una torre. Pronto nos dimos cuenta de que era un antiguo horno abandonado y su función fue la producción de cal.
Caleiro de Pardollán
Más información Caleiro de Pardollán.
Seguimos adelante y cruzamos la frontera por Puente Domingo Flórez, otra de las poblaciones que han crecido de la mano de las explotaciones minerales en donde cabe destacar la pizarra, motor económico de ambas orillas del valle del Sil entre Ourense y León. De nuevo en Galicia, en el concello de Carballeda de Valdeorras, hasta llegar a Sobradelo para ver el espectacular puente del siglo XVII que con su característica piedra roja cruza el Sil para unir Sobradelo y la comarca.
Puente de Sobradelo
Más información Puente de Sobradelo.
Ahora vamos a Arnado, ya en Vilarmartín de Valdeorras. Allí nos esperan el fantasma de lo que quiso ser un gran castillo del siglo XX, un castillo construido por amor, el castillo de Torre Penela. Aunque su conservación no es mala se encuentra en un larga espera para un futuro mejor, un futuro que lo llene de vida y le dé color.
Castillo de Arnado
Más información Castillo de Arnado.
De Vilamartín de Valdeorras nos vamos al Barco de Valdeorras cruzando por la capital sin apenas poder detenernos en las maravillas que escondía el casco urbano y las orillas del Sil.
Nos vamos a una pequeña cumbre cercana, a un mirador que desde tiempos inmemoriales ya estaba habitado por los pobladores galaicos y posteriormente se instaló una torre medieval que vigilaban los importantes caminos que desde siempre discurrieron por el valle del río Sil, una de las entradas desde la Castilla a Galicia, otra de las entradas para los peregrinos que viajaban a Santiago. Es la denominada Torre de O Castro, en donde podremos subir a lo alto de la torre y admirar las construcciones señoriales que hay en los alrededores.
Torre de O Castro
Más información Torre do Castro de Valdeorras.
Ahora nos vamos por el profundo y frondoso valle del río Mariñán hacia otra iglesia románica, aunque esta vez aún viva. Perteneciente a la Orden de San Juan en su origen y ello nos da fe la cruz que decora una de las puertas de la fachada principal. Es la iglesia de Xagoaza. Su románico aún sigue vivo en su ábside y en los canecillos del alero. Junto a él, los restos de lo que fueron el monasterio, aunque hoy tienen una nueva vida debido a que una conocida bodega se instaló en parte las dependencias.
Monasterio de Xagoaza
Más información Monasterio de Xagoaza.
Antes de dejar O Barco pero en la otra orilla del río, nos vamos a conocer otra iglesia en dónde ya nadie reza… La iglesia de Cesures, destruida por los avatares del tiempo.
Más información sobre la iglesia de Cesures.
Volvemos a Vilamartín de Valdeorras y subimos una empinada y sinuosa ladera para llegar hasta lo que fue uno de los centros culturales y de educación más importantes de la Comarca de Valdeorras. Regido por los trinitarios descalzos, en Correxais existió el primer centro de formación de la comarca ya que empezó su labor en 1727. Hoy solo queda la iglesia, que aún es anterior. El monasterio se desvanece con grave riesgo de derrumbe y debido a la propiedad que está en manos privadas y al elevado coste que supondría una restauración no se le atisba un gran futuro. De destacar son las grandes vistas que desde aquí tendremos de O Barco y de Vilamartín de Valdeorras.
Nuestra próxima parada en Petín, en el Puente de la Cigarrosa, y aunque ya lo conocíamos, no pudimos evitar detenernos para renovar y procurar mejorar las fotografías de este puente de origen romano que daba paso a la famosa y mítica Vía XVIII, Vía Nova, que unía Bracara con Asturica.
Puente de la Cigarrosa
Con pena dejamos el Sil y nos vamos hacia el sur, hacia otro río más humilde, pero no menos hermoso. Se trata del Xares y en la localidad de Portomourisco (Petín) pudimos disfrutar de un entorno entrañable. Allí conocimos el puente de principios del siglo XVIII de Portomourisco que daba acceso a los peregrinos que querían venerar a la Virgen en el Santuario das Ermidas do Bolo y que también unía dos comarcas pues era el único paso entre la comarca de Viana y Valdeorras.
Puente de Portomourisco
Más información sobre el Puente de Portomourisco.
Y para la guinda del pastel, aunque ya el sol poco tiempo nos dejaba para disfrutar del entorno, nos fuimos al concello de A Veiga, a los pies del embalse de Prada para ver un afluente del río Xares y descubrir y experimentar la magia que emite este afluente del Xares, el río Corzos.
Mediante un pequeño y sencillo paseo de 15 minutos a través de un bonito sendero y pasarelas llegamos a la mítica y legendaria cueva de A Cántara da Moura. Un lugar y una leyenda para reflexionar. Entendimos pronto que hace setenta años fueran las cuevas de este lugar refugios para guerrilleros escapados y perseguidos por el régimen de la dictadura, tanto durante la guerra como en la posguerra.
Cántara da Moura
Más info de la Cántara da Moura.
Ya no hubo más tiempo, el día no dio para más, bueno o quizás sí, ya que para terminar y en otra comarca nos detuvimos a ver como lucía el el castillo de Monterrei de noche y la verdad es que vale la pena. Antes aún pudimos disfrutar un poquito del famoso y espectacular Entroido de Verín, así que nuestro día tuvo de todo.
Un día para no olvidar y para entender que Galicia es un conjunto cultural homogéneo pero con marcadas diferencias geográficas y arquitectónicas, hecho que hace a nuestra tierra más interesante si cabe.
Maravillosa información para todo el mundo y en especial para los enamorados de Galicia. Tanto las fotografías como los textos que las acompañan son buenísimos y muy útiles para poder visitar dichos lugares. Gracias por tan magnífica idea y felicidades por ella.
Muchas gracias!
Estupendo reportaje!! Hacéis una labor estupenda. ¡Gracias!
Muchísimas gracias! ?
Bellos recuerdo de Lugo, el rio Miño, la Coruña, Ponte Vedra, Vigo.
Precioso y maravilloso reportaje, yo ya os dije en una ocasión no soy gallego
pero soy un enamorado de galicia, por desgracia (tengo movilidad muy reducida y muy pocos recursos) por eso, no puedo visitar la mayoría de los sitios que nos mostrais con tanto entusiamo, cariño, y también ilustrado y la buenisima información que nos dais de los preciosos lugares que visitais y nos mostrais. Muchisimas gracias por hacerme soñar, y vivir los momentos mágicos, que paso cada vez que recibo vuestro blog; por cierto tengo guardados todos en la agenda de mi correo. Saludos y de nuevo muchas gracias
Muchas gracias a ti por valorarlo!
Muy bonito, pero porque no sale un barrio de a Rua (Fontei) y la ciudad romana de la Cigurria.
Gracias.
Gracias, nos fue imposible ver mucho en un día, pero queda anotado. 🙂